Debe ser muy gratificante atravesar un profundo cambio de ciclo, de percepción de imagen de marca, de contenido de diseño, de target de cliente potencial, de prácticamente todo —excepto la pura esencia intrínseca de la marca—… Y observar o trabajar de cerca con esa mutación que ha desembocado en un éxito absoluto.
No hay que darle muchas más vueltas. Es lo que ha hecho la casa Mercedes-Benz en los últimos ejercicios. Un giro de 180 grados que ha dado la vuelta a una compañía que hoy se interpreta como vanguardista y moderna en lugar de tradicional y predecible. Todos los segmentos en los que opera la firma de la estrella se han beneficiado de ello. Y cómo no, las empresas. También. Y el renting. Menudos resultados. Fíjense.
Las ventas de turismos en renting de Mercedes concluyeron 2016 con 6.570 unidades en España en 2016, hace apenas dos años; en los once primeros meses del año pasado ya sumaba más de 10.200. Representa un crecimiento del 55% en 24 meses.
Las entregas de todoterrenos, de su lado, han aumentado un 24% en ese mismo periodo, e igualmente comparando todo 2016 con el tramo enero-noviembre de 2018. Y otro tanto ocurre con sus entregas de industriales medios y ligeros. En total, entre 2016 y 2018 —a falta de un mes por computar, el de diciembre de 2018—, el mercado de renting ha experimentado un incremento del 45%. Y la cuota de este tipo de negocio ha pasado de suponer el 19% de las matriculaciones totales de Mercedes-Benz, en 2016, al 24,4% de 2017 y el previsible 27% con el que concluyó el ejercicio pasado.
No se puede encontrar otro responsable en ese crecimiento si no se fija uno en la gama de vehículos de la marca, completamente actualizada y con ese nuevo lenguaje de diseño que caracteriza a la estrella en los últimos años que ha conectado de lleno con el cliente corporativo y con ese profesional liberal que se ha adaptado rápidamente a la estética Mercedes.
Tecnificación a raudales
Un reseteo en el que han sido protagonistas en los últimos ejercicios modelos como el Clase A, diríamos que principalmente, aunque no hace falta hacer demasiadas conjeturas al respecto si observamos, por ejemplo, la Clase X que ilustra estas dos páginas y que tan bien encaja en el segmento profesional y de empresas con un diseño completamente alejado de los toscos cánones industriales tradicionalmente asociados a este tipo de vehículos.
A la imagen se le unen aspectos básicos como la tecnificación de todo lo que rodea a los nuevos Mercedes-Benz, que en sus nuevas actualizaciones disponen de pantallas de gran formato así como un cuadro de instrumentos de tamaño considerable que posibilita una lectura rápida y precisa de la información. Los sistemas de navegación de la casa alemana utilizan ahora, además, realidad aumentada, y los servicios añadidos como ‘Mercedes Me’ abren un nuevo ecosistema de conversación entre el automóvil y su conductor.
A lo largo de este ejercicio, el fabricante alemán continuará desarrollando la línea que tan bien ha trazado últimamente y colocará en el mercado dos vehículos que prometen encajar perfectamente en el sector corporativo y entre los autónomos más exigentes: los esperados Clase B y el Clase A sedán, este último del que se comienzan a entregarse las primeras unidades el próximo mes. También podremos ver, pero a partir del segundo semestre, el EQC, un SUV eléctrico con una autonomía que se aproxima ya a 500 kilómetros. Palabras mayores, vamos.