El Consejo de Supervisión de Volkswagen ha descartado, por el momento, el cierre de grandes plantas en Alemania como estrategia para enfrentar el ambicioso plan de reestructuración de costes que prevé llevar acabo y que afecta especialmente a Alemania.
La línea ejecutiva de la compañía, y de acuerdo con una información publicada por la revista Manager Magazin citada por Reuters, ha analizado posibles ajustes en sus factorías de vehículos alemanas, pero aún no se ha alcanzado un acuerdo definitivo sobre las medidas que deben emplearse.
Entre las opciones discutidas en el Consejo de Supervisión figura el cese de actividades en la planta de Dresden, que emplea a unas 300 personas, y la venta de las instalaciones en Osnabrück, donde trabajan 2.300 empleados.
En el encuentro celebrado por la Junta se determinó, no obstante y a través de un informe interno, que aún no se ha identificado un posible comprador para la fábrica de Osnabrück, cuya tasa de utilización fabril está ubicada en torno al 30%.
Hay que recordar que para que una fábrica de vehículos sea mínimamente rentable debe superar una ratio de uso de su capacidad de fabricación instalada de un mínimo del 80%, aproximadamente.
Manager Magazin apunta también a las diferencias de criterios entre los miembros del Consejo de Supervisión de Volkswagen, donde las familias Piech y Porsche, principales accionistas de Volkswagen, han manifestado que la marca debería aplicar medidas de reducción de costes más estrictas.
Las negociaciones entre Volkswagen y los sindicatos continúan estos días sin alcanzarse un acuerdo, con fecha ya para los próximos encuentros entre empresa y sindicatos los días 16 y 17 de diciembre.