El canciller alemán, Olaf Scholz, ha afirmado que los fabricantes de automóviles de origen alemán no tienen por qué temer la competencia china en el sector de los vehículos eléctricos, tras efectuar una vista a la primera planta de reciclaje de baterías de la compañía automovilística germana Mercedes-Benz.
Scholz ha destacado que este tipo de inversiones son un elemento clave de la nueva política industrial del país, que pasa por primer las economías del motor sostenibles sin dejar de lado los combustibles tradicionales.
«Algunos dicen que China nos supera en la fabricación de motores eléctricos», ha asegurado el canciller en declaraciones que recoge la agencia Reuters.
El mandatario ha recordado al respecto que «las empresas alemanas no tienen por qué temer esta competencia», y ha recordado que la industria alemana ya ha superado retos similares frente a competidores como Corea del Sur y Japón en años anteriores.
Scholz también ha expresado su desacuerdo con los aranceles impuestos por la Unión Europea a los vehículos eléctricos fabricados en China, señalando que estas medidas podrían dañar a la industria alemana.
«Estoy en contra de los aranceles que nos perjudican», ha dicho el canciller teutón, defendiendo que este tipo de medidas solo deberían aplicarse cuando se trate de situaciones que pongan en desventaja a los productores europeos, «como en el caso de la industria del acero».
Bruselas ha implementado aranceles elevados sobre los vehículos eléctricos chinos bajo la premisa de que se benefician de incentivos públicos injustos, una idea que China ha rechazado de manera taxativa, además de advertir con represalias al respecto.
En el caso de los constructores de automóviles alemanes en concreto, estos generan un tercio de sus ventas y beneficios en el país asiático, lo que les ha llevado a mostrarse contrarios a la política de aranceles de la Unión Europea y a mostrarse más proclives a dialogar.