Comprar un coche puede suponer un gran desembolso de dinero. Es por esto que cada vez se opta más por el renting o el leasing, dos opciones que permiten disponer de un automóvil sin la necesidad de invertir una gran cuantía financiera o endeudarse bancariamente. Pero ¿en qué consiste el leasing y el renting? ¿Cuáles son las diferencias entre ambas?
¿Qué es el leasing?
El leasing consiste en un sistema de financiación en el que una persona física o jurídica puede utilizar un vehículo como si este bien fuese suyo, sin ser el propietario, pagando una renta que además permite, una vez finalizado el contrato con la empresa emisora, adquirir el bien en cuestión. Según un estudio de la Asociación Española de Leasing y Renting (AELR), las empresas españolas invirtieron 7.165 millones de euros mediante leasing en la financiación de activos mobiliarios e inmobiliarios en 2021, aumentando en un 33% con respecto al año anterior.
¿Qué es el renting?
Por su parte, el renting es un alquiler a largo plazo a cambio de un pago mensual de las cuotas. Este plazo es determinado y limitado oscilando entre 1 y 10 años, aunque normalmente no suele sobrepasar los 2 o 5 años. La Asociación Española de Renting de Vehículos (AER) señala que el parque de automóviles en renting a 30 de junio de 2022 era de 824.050, lo que supone un incremento del 8,4% con respecto a junio de 2021.
A la hora de escoger qué opción, leasing o renting, se adecúa más a las necesidades de un negocio o particular, es importante conocer bien las ventajas y desventajas que ambas presentan, ya que aunque se parecen muestran diferencias significativas, sobre todo en el ámbito fiscal.
Ventajas financieras y fiscales del leasing
Una de las grandes ventajas del leasing es que los pagos iniciales son muy reducidos y el precio del vehículo no queda devaluado una vez comprado. Además las empresas o personas jurídicas que sacan un auto en arrendamiento cuentan con un beneficio fiscal al ser las rentas 100% deducibles, soportando la empresa emisora de automóviles el IVA de la inversión, el cual repercute en las cuotas mensuales.
Del mismo modo, el leasing es una buena apuesta por evitar que los activos de las empresas queden obsoletos debido a que una vez terminado el contrato si no se quiere adquirir el coche en cuestión, se puede optar por otro nuevo, sin tener la obligación ni la penalización por no comprar el automóvil. Asimismo, existe la posibilidad de poder financiar la inversión hasta el 100%.
El leasing también es flexible en cuanto a plazos, cantidades y acceso a servicios respecta, ofreciendo también beneficios tributarios como la disminución del pago de impuestos al no encontrarse el bien a nombre del particular o empresa que lo está utilizando permitiendo también la financiación de bienes nacionales e importados.
Al ser un arrendamiento financiero el automóvil aunque se use como propio no pertenece a quien lo está utilizando, habiendo una obligatoriedad por parte de los titulares del acuerdo de leasing contratar un seguro de averías y de responsabilidad civil como garantía por el bien prestado. Si se quiere ser propietario del coche esto solo podrá hacerse una vez finalizado el contrato sin poder entregarlo o devolverlo antes de que expire la fecha acordada en el documento, siendo un compromiso irrompible por ambas partes. Asimismo, cuenta con cláusulas penales en caso de incumplirse las obligaciones contractuales estipuladas.
Ventajas fiscales y financieras del renting
El renting o alquiler de larga duración no genera endeudamiento al no tratarse de un financiamiento y, a diferencia del leasing, esta opción en principio no permite la compra del vehículo una vez terminado el contrato, aunque se puede acordar con la concesionaria del renting hacerlo si ambas partes están de acuerdo.
Lo más destacado del renting son los beneficios fiscales que presentan, ya que legalmente el alquiler de un coche se considera un gasto, lo que ofrece la posibilidad de deducirse la declaración del IRPF en un 100% del IVA del renting en caso de ser utilizado para la actividad comercial de empresas y autónomos, y en un 50% a personas físicas pudiendo aplicarse la presunción de afectación. Incluso, se puede desgravar del impuesto de sociedades, al no ser el titular de este bien adquisitivo, que además es percibido como un gasto.
Por otro lado, el renting ofrece seguridad financiera al pagar una cuota fija cada mes, pudiendo acordar y ajustar el pago de la mensualidad al presupuesto y contar con un seguro a todo riesgo que viene incluido en el precio de alquiler, obteniendo un mantenimiento preventivo del vehículo todo el año.