Daimler, su filial Mercedes-Benz Canadá y otras empresas afiliadas han llegado a un acuerdo de conciliación en una demanda colectiva de consumidores canadienses por las emisiones de diésel, lo que supondrá un desembolso de unos 250,2 millones de dólares canadienses (unos 174,5 millones de euros).
El acuerdo está sujeto a la aprobación final del Tribunal Superior de Justicia de Ontario (Canadá).
El acuerdo, según ha confirmado el consorcio alemán en un comunicado, se aplica a unos 83.000 turismos diésel Mercedes-Benz y al modelo Sprinter con sistemas de control de emisiones BlueTEC II vendidos o alquilados a residentes canadienses.
Así, Daimler da un paso más hacia la resolución de varios procedimientos relacionados con el diésel y evita largas acciones judiciales con sus respectivos riesgos legales y financieros, aunque niega las alegaciones y las reclamaciones legales afirmadas por los demandantes.
Asimismo, la compañía con sede en Stuttgart ha precisado que los vehículos sujetos al acuerdo canadiense no se vendieron en las mismas configuraciones en Europa y el sistema de control de emisiones de los vehículos canadienses es diferente de los modelos vendidos en Europa debido a los diferentes marcos legales y de certificación.