Los eurodiputados españoles de Ciudadanos y PSOE votarán hoy en el Parlamento Europeo a favor de la propuesta de poner fin a la venta de coches y vehículos comerciales nuevos con motor de combustión en el año 2035.
La Eurocámara, en el marco de definir su posición negociadora de cara a establecer la normativa final de acuerdo con los Veintisiete, deberá decidir si se fijan objetivos de reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) más elevados para los fabricantes.
La Comisión de Medio Ambiente (ENVI) votó a favor a principios de mayo de este nuevo marco temporal a 2035, no obstante no se aprobaron unos objetivos intermedios aún más ambiciosos en este campo.
Así, la propuesta de una reducción del 40% de las emisiones de los coches y del 35% de las furgonetas para 2027 fue rechazada, mientras que la de un 70% de reducción para turismos y del 65% para furgonetas para 2030 resultó en empate. Sí se dio ‘luz verde’ a la propuesta que incluye un avance gradual con un objetivo intermedio de reducción del 55% de las emisiones contaminantes de los nuevos coches y furgonetas en 2030 y reducirlas a cero cinco años después.
En España, el año pasado se aprobó en el Congreso de los Diputados, dentro de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que la fecha para prohibir estos vehículos fuera 2040.
Los objetivos intermedios fueron rechazados por «empate técnico» gracias al voto en contra de la eurodiputada española de Ciudadanos, Susana Solís. «Los ‘targets’ intermedios son irrealizables, son una línea roja que haría muchísimo daño a la industria española», ha explicado Solís en declaraciones a FLEET PEOPLE.
Solís ha defendido un calendario «digerible» para la industria en el que no se pierda «ni un empleo», sin cambios en los objetivos para 2025 y con una revisión en el año 2028, con el objetivo de analizar la viabilidad, acordar una metodología para medir las emisiones y no cerrar la puerta a ninguna tecnología.
Asimismo, ha subrayado la importancia de desarrollar la infraestructura de recarga, en base al Reglamento de Infraestructura para Combustibles Alternativos (AFIR). «Deben existir objetivos vinculantes y obligatorios para el despliegue de puntos de recarga y hasta ahora no los ha habido», ha insistido.
En cuanto a los biocombustibles, la eurodiputada ‘naranja’ ha destacado que pese a que para España no son «primordiales», de cara al futuro, serán claves para descarbonizar el transporte de mercancías, aviación y el marítimo.
Por otro lado, el eurodiputado del PSOE y vicepresidente de la Comisión de ENVI, César Luena, se ha mostrado positivo ante la votación de mañana y espera que quede como se votó en la Comisión, con el objetivo intermedio del 55% y la reducción total para 2030.
«A España le afecta mucho, por eso hemos sido muy cuidadosos», ha señalado Luena, quien ha defendido que su posición va de la mano con el sector automovilístico, sindicatos y los comités de empresa.
Luena ha indicado que el PSOE, apoyando la posición de la Comisión y con el respaldo del Gobierno de España, cubre los objetivos de la ambición climática de la UE y la cohesión social. «Nos hemos mantenido en una posición equilibrada. Bajar los objetivos es una forma de negacionismo práctico», ha recalcado.
En línea con las exigencias de Ciudadanos, Luena ha subrayado que estos objetivos deberán ir de la mano con otras medidas complementarias.
De su lado, la portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Dolors Montserrat, ha advertido en el debate del pleno de la Eurocámara, que si se exige a «los empresarios, autónomos, trabajadores y familias medidas que no puedan asumir, la lucha contra el cambio climático fracasará y nuestra economía perderá competitividad y se deslocalizará».
Montserrat ha defendido que el cambio climático es una amenaza que debemos combatir, pero que esto «no es incompatible con flexibilizar medidas» para proteger también la economía y el empleo.
Por su parte, la eurodiputada popular, Pilar del Castillo, ha afirmado que «urge dar respuesta a los retos del Cambio climático, tajantemente sí, pero hay que hacerlo sin añadir costes que asfixien la economía».