La primera multinacional mundial del sector de componentes, el fabricante Bosch, reducirá la jornada laboral y el salario de al menos 10.000 empleados en su núcleo central de operaciones, Alemania, una decisión que se suma al drástico recorte de 5.500 personas anunciado el viernes pasado y que también afectará a Alemania.
El recorte en las horas de trabajo de los empleados afectados se concretará en dejar la jornada semanal en 35 horas en lugar de las entre 38 y 40 horas actuales.
La decisión de Bosch, con una enorme dependencia de los fabricantes de vehículos, llega en medio de las negociaciones entre Volkswagen y sus sindicatos, con fuertes recortes esperados, y de otras marcas como Mercedes-Benz, que también ha anunciado que realizará ajustes en sus estructuras.
El primer suministrador de componentes del mundo dijo el viernes pasado que eliminaría 3.700 posiciones hasta el final de 2027 en su división de soluciones informáticas, y que la mitad de ellos serían en Alemania, a lo que añadió otros 750 puestos en su factoría teutona de Hildesheim hasta 2032.
A ello se sumarán otros 1.300 despidos en su factoría de Schwaebisch (Stuttgart) hasta 2030.
La industria automovilística europea se encuentra en pleno proceso industrial de ajuste debido a la fuerte competencia por precio de las automovilísticas chinas, de un modo principal, pero también por las enormes inversiones que ha tenido que realizar en los últimos ejercicios en áreas como el vehículo eléctrico o la conducción autónoma, que todavía no están aportando los resultados necesarios en términos de ingresos e incluso están descendiendo, como es el caso de los automóviles de emisiones cero en el continente europeo.