Poco antes de que los SUV irrumpieran en el mercado llevándose por delante a los modelos más tradicionales y de que las medidas de austeridad se impusieran en la elección del vehículo de empresa, había un segmento, el de las berlinas, que tenía su peso. Es un tipo de coche que hoy parece interesar menos, pero no por ello deja de ser una buena opción en muchos casos. Es más, aunque el mundo se empeñe en encumbrar al todocamino, lo cierto es que no siempre aporta ventajas competitivas frente a la categoría que hoy ponemos sobre la mesa.
Si hablamos de vehículos sedán de cuatro puertas, es necesario sacar a la palestra a uno de sus más ilustres representantes: el Audi A6, que justo ahora cambia de generación para posicionarse como un claro referente. El alemán acaba de salir del horno. Tanto, que Fleet People tenido acceso al coche que aparece en estas páginas casi de milagro porque apenas existían unidades matriculadas en España en el momento de la prueba.
Muy agradecido por tal privilegio, toca ponerse manos a la obra. Con la llave en la mano, lo primero que hago es observar detenidamente desde fuera la unidad que tengo ante mis ojos. La primera conclusión a la que llego es que, una vez más, los de Ingolstadt han decidido tirar por la calle más conservadora a la hora de definir el diseño. Y no es que se hayan equivocado en los trazos que definen la carrocería. Para nada.
El coche es moderno, elegante y muy proporcionados en sus líneas. Pero la realidad es que parece más bien un restyling de la generación que ahora deja de venderse que un verdadero relevo. En fin, más vale que nos acostumbremos a esto porque es una tendencia cada vez más extendida en esta y otras marcas. Aquello de cambiar radicalmente de personalidad al pasar de una generación a otra es cosa del pasado.
Lo que esconde bajo la piel
Por si alguien tenía dudas, la verdadera revolución está en el interior. Aquí espera al usuario un mundo totalmente nuevo y desconocido, en el que todo es muy visual y parece estar enfocado al disfrute global del coche más que a la mera conducción. En Audi tienen claro que sus automóviles sirven para llegar de un punto A a un punto B, pero, ojo, que en el nuevo A6 se da mucha importancia al cómo, es decir, a todo aquello que experimentan el conductor y los pasajeros mientras los kilómetros van pasando. Esto es algo que uno advierte desde el primer momento. Nada más abrir la puerta, un festival de iluminación me recibe.
Todas las pantallas se encienden al unísono para dejar bien claro que la parte digital es clave en el nuevo A6, y unas guías de luz estratégicamente colocadas se encargan de definir las líneas fundamentales del salpicadero, la consola y las puertas.
[su_carousel source=»media: 34198,34205,34202,34201″ link=»image» width=»1060″ height=»600″ items=»1″ title=»no» pages=»yes» speed=»0″]
El Audi A6 da un salto generacional entre pantallas digitales, asistentes a la conducción y una dinámica que marca el nuevo punto de referencia de su segmento. Aquí no se entra a ciegas y, de alguna manera, todo ese despliegue de píxeles iluminados crea una sensación de hospitalidad que convierte al Audi en el mejor de los anfitriones.
El tablero de instrumentos es una pantalla TFT, la consola central prácticamente existe para dar cabida a otras dos grandes pantallas de corte horizontal, y para que los de la fila trasera no se quejen, también ellos tienen su display, en este caso para controlar la climatización.
Más allá de la superficie apantallada, que es mucha, lo relevante está en su manejo intuitivo. Por ejemplo, para introducir una dirección en el navegador se puede dar una orden vocal en lenguaje coloquial o se puede escribir a mano alzada, letra a letra, el destino sin apartar la vista de la carretera. Basta con poner un par de letras o tres para que el sistema juegue a adivinar dónde queremos ir y proponga un listado de opciones. Las pantallas táctiles son sensibles a la presión y aceptan órdenes cuando el usuario pulsa con una intensidad concreta, tras la cual recibe una respuesta en forma de clic sonoro y de vibración, que sirve para confirmar la operación.
Esto es lo que en Audi denominan ‘feedback háptico’ y lo podemos encontrar al manejar el sistema de infotainment y —sorpresa— las luces exteriores. El nuevo A6 dice adiós a la típica ruleta con varias posiciones (encendido, apagado, cruce, carretera, antiniebla, etcétera) para dar paso, en la ubicación habitual, a una superficie plana y táctil con terminación negro brillante, que permite elegir la iluminación deseada mediante pulsaciones. ¿Superfluo? Puede. Pero ¿para qué están entonces las marcas premium si no es para sorprender con este tipo de detalles nunca vistos y tremendamente deseables?
Espacio y tecnologíaPor dimensiones, el nuevo modelo en su variante berlina es casi idéntico al anterior. Mide 4,94 metros de largo y tiene un generoso maletero de 530 litros (no varía el volumen ni un solo litro). Es un coche grande en términos objetivos, que ofrece un interior de habitabilidad correcta. Esto quiere decir que hay rivales que lo hacen mejor en este apartado, sobre todo en la fila trasera de asientos, pero aún así no deja de ser amplio en todas sus plazas. En el A6 es un acierto viajar delante o detrás. Todo vale para disfrutar de la ruta. |
Tecnología y digitalización para una berlina de corte tradicional
Uno de los puntos más llamativos del nuevo Audi A6 está en sus grupos ópticos. Cuando el usuario se acerca al coche y pulsa el botón de desbloqueo en la llave, de repente, sin esperarlo, un juego de luces bien orquestado se ejecuta en los faros y los pilotos. Todos los diodos LED se encienden y apagan de manera ordenada, creando una coreografía de bienvenida (y de despedida al cerrar el coche) que pone de relieve el carácter tecnológico de la berlina desde el primer momento. Otra gran novedad tiene que ver con la pantalla inferior de la consola central, que permite dibujar textos a mano alzada para dar órdenes al sistema de entretenimiento sin tener que apartar la vista de la carretera. Da igual que escribamos con buena o mala caligrafía; da lo mismo si escribimos de forma ordenada o una letra encima de otra… el sistema todo lo lee y todo lo entiende. De serie, este Audi monta llantas de 17 pulgadas, aunque el catálogo de opciones permite elegir otros diseños en 18, 19, 20 y 21 pulgadas. El maletero cubica 530 litros, pero cuenta con las limitaciones propias de una carrocería sedán sin portón de acceso.
Quien se siente a los mandos tendrá a su disposición un chasis de tacto delicioso que le invitará a conducir de forma placentera e incansable; el pasajero se acomodará con holgura en el asiento derecho, que es realmente amplio y cómodo, y quien opte por ir leyendo el Financial Times en la parte trasera mientras el chófer le lleva de un sitio a otro, también le encontrará mucho sentido a la compra de este coche. No es un A8 —ni lo pretende—, pero deja el pabellón bien alto.
[su_carousel source=»media: 34193,34203,34200,34199,34204″ link=»image» width=»1060″ height=»600″ items=»1″ title=»no» pages=»yes» speed=»0″]
En cualquier caso, aquí va una advertencia para las familias: si la idea es viajar a plena carga de forma habitual, mejor esperar a la versión Avant, que llegará al mercado dentro de pocos meses. Su maletero, de mayor capacidad y con portón, lo hace infinitamente más recomendable para todos aquellos que demanden practicidad de verdad.
Porque el A6 que hoy estamos probando tiene un volumen que no está nada mal, pero su condición de sedán carente de quinta puerta hace que no se puedan cargar objetos especialmente voluminosos. Y eso, para determinados usuarios, es un problema insalvable.
La magia del sistema ‘Mild Hybrid’
Durante el lanzamiento solo existen dos motores disponibles: el 50 TDI y el 55 TFSI. Mientras crece la gama con otras opciones complementarias, toca ‘conformarse’ con uno u otro. Y el elegido en este caso es el diésel por razones obvias de ventas. Quizá no sea el propulsor TDI más apropiado para Flotas, pero ¡qué gozada disfrutar de la viveza de los seis cilindros y sus 286 CV! Es un gusto ver cómo este bloque de tres litros da pistonazos sin parar, mientras entrega un par de 620 Nm que bien le podría otorgar el título de remolcador al A6 por su tremenda capacidad de empuje.
El refranero automovilístico es sabio cuando dice aquello de There is no replacement for displacement, es decir, no hay nada como un motor con buena cilindrada.
Y este es un claro ejemplo. La realidad es que el 50 TDI no es tan racional como las mecánicas de cuatro cilindros de menor cubicaje que dominan el panorama actual de las berlinas, pero la manera en la que el coche acelera, recupera y resuelve cualquier maniobra, simplemente lo convierte en el rey de la autopista.
Culpables de tal austeridad son la caja de cambios tiptronic de ocho velocidades y el nuevo sistema de hibridación suave ‘Mild Hybrid’, que cuenta con un pequeño motor eléctrico de 16 CV enmarcado en un sistema de 48V, que sirve de apoyo al motor de combustión. Sin llegar a ser un vehículo híbrido al uso, al menos tal y como los conocemos habitualmente, este invento permite que el A6 pueda rodar con el motor térmico apagado a velocidades entre 55 y 160 km/h, manteniendo la inercia siempre y cuando las circunstancias lo permitan. Si a esto le sumamos la actuación del asistente predictivo de eficiencia (opcional), que ayuda al conductor a gastar menos carburante mediante una serie de consejos basados en la navegación y la información sobre la orografía del terreno, la conclusión es que vamos a bordo de un barco de asfalto tan prestacional como poco sediento. Y lo mejor de todo es que el citado sistema de microhibridación le permite obtener el distintivo ambiental ECO para moverse con libertad por las ciudades durante los episodios de alta contaminación.
Es curioso que entre dentro del mismo saco que un Seat Ibiza TGI de gas natural o de un Toyota Yaris híbrido, por citar un par de ejemplos. Caprichos de la normativa actual, que genera este tipo de enlaces entre coches tan dispares.
En materia de seguridad, el A6 incorpora un arsenal de elementos, entre los que destaca la tracción quattro o el asistente de frenada de emergencia con reconocimiento de peatones y ciclistas.
La conectividad, la insonorización del habitáculo y el comportamiento dinámico son otros tres puntos que definen al nuevo A6 y le hacen dar un salto cualitativo importante frente a la generación anterior. En todo ello se sitúa como un referente al que sus rivales de marcas premium alemanas mirarán desde este momento con recelo para intentar superarlo en sus próximas evoluciones.
¿POR QUÉ RECOMIENDO EL AUDI A6 A UNA EMPRESA?Lo primero que diría, y a simple vista, es que es un producto espectacular. Y más si lo comparamos con la generación anterior: el salto cualitativo en diseño, tecnología y eficiencia es enorme. El nuevo A6 goza también de una gran cantidad de atractivos tecnológicos, como el sistema ‘Mild Hybrid’ de 12 y 48 voltios, que proporciona unas cifras de emisiones muy bajas y por eso dispone de etiqueta ECO. No hay que olvidar que en un segmento así, con un perfil directivo y en gran ciudad, el aspecto ECO es un atractivo indudable que se une a su increíble equipamiento en seguridad, con casi 40 sistemas de asistencia. BORJA PEÑA AUDI CORPORATE SALES MANAGER |