Llamadme “pureta”, pero es que cuando antes el Ibiza me hacía gracia, ahora lo hace el Arona. Es 8 centímetros más largo y, sobre todo, es más alto y puedo entrar y salir mejor. Por eso está teniendo éxito entre los jóvenes de edad… y los de espíritu. Es un SUV, por lo que tiene la carrocería más alta que la del Ibiza.
Concretamente, su altura libre al suelo es de 19 cm. Esto propicia que el punto de cadera de los asientos delanteros esté situado 5 cm más alto que aquel. Es muy poco en términos generales, pero es más que suficiente para no tensionar tanto nuestro body.
Por una parte, tienes que flexionar menos las piernas al entrar; después vas sentado más cómodamente, porque esos centímetros de altura del asiento son los que asemejan nuestra conducción a estar sentados a la mesa… y ¿a quién no le gusta sentarse a comer? Bromas aparte, salir del coche también es más sencillo porque nos ponemos de pie desde un punto más alto.
Bien, hasta aquí, argumentos sobre porqué un SUV, el Arona en este caso, te puede cuadrar mejor que, por ejemplo, un Ibiza. Ahora vamos a ver qué tiene de bueno y de malo (según nuestra humilde opinión).
Este coche es una puesta al día del modelo lanzado en 2017 por lo que vamos a dejarlo claro desde ahora: todo lo que hayas leído o sepas sobre las medidas y espacio interior se mantiene. No obstante, no te vamos a dejar así, te damos unos datos para que veas que nos preocupamos por tu curiosidad. Vamos de más a menos: en general, 4 adultos de talla elevada podrán viajar sin estrecheces en el Seat Arona.
Ahora, concretando, las plazas delanteras tienen 138 cm de anchura, lo que significa que son 4 cm más que el VW T-Cross, 2 más que el Peugeot y 1 más que el Hyundai Bayon. Pero, todo sea dicho, 2 menos que en el Jeep Renegade. No obstante, la anchura de estas plazas es de las mejores del segmento.
Es mejor que la mayoría.
Tiene 131 cm que no está mal, pero no está tan bien como las delanteras. El Skoda Kamiq le saca 3 centímetros, el Peugeot 2008 tiene 1 centímetro menos. Y, por nombrar a “un extraño”, el Hyundai Bayon los supera a todos con 136 cm.
Resumiendo mucho, la distancia para las piernas de los pasajeros delanteros es “buena siempre”. O, si preferís: “es rarísimo que no sea buena”.
Vamos a fijarnos, mejor, en la distancia trasera. Aquí, el Seat Arona, no destaca pero está en la zona media del segmento con sus 67 cm para las piernas de los pasajeros traseros.
Por seguir comparando, el mejor en esta cota es, posiblemente, el Fiat 500 X y sus 74 cm. Por cierto, la altura trasera es de casi 1 metro: 97 centímetros. Es bastante y de sobra para personas de hasta 1,90 pero, para darte una referencia, un monovolumen más grande, como el BMW Serie 2 Active Tourer, tiene 99 cm.
Maletero: Más que interesante
Vale, ya sabemos que el habitáculo, homologado para 5 ocupantes, tiene una habitabilidad bastante respetable, por una parte, para su tamaño y, por otra, en términos absolutos.
Eso sí, mejor no dejar entrar al “quinto pasajero” o, al menos, durante mucho tiempo. Bien, pasamos al maletero. Son 375 litros de capacidad, una cifra muy interesante. Un Seat Ateca, que es su “hermano mayor”, ofrece 510 litros de capacidad.
Llegados a este punto, tal vez debamos pedir disculpas por no haber “presentado” las medidas exteriores del Arona. Perdonad. Al ser un coche conocido por unos 22.000 españoles solo durante el año 2021, porque está siendo capaz de mantenerse como líder de ventas año tras año, no hemos caído en la cuenta que, tal vez, no sepas que mide 4,14 metros de largo, 1,78 de ancho y 1,55 de alto. Por tanto es 24 centímetros más corto que el Ateca.
Y esto a dónde nos lleva: a recordarte que el Arona es un coche utilitario, no familiar como es el Ateca. ¿Que está bien aprovechado y que seguro que te resuelve la papeleta? Sí. ¿Que si necesitas espacio para equipaje y viajar es mejor el Ateca? También. ¿Que el Tarraco es el más grande de todos? Acabáramos.
Bueno, ya vale de “pasado”, veamos qué tiene de nuevo, de presente, el Arona que nos acompaña. Lo primero que vas a ver por fuera es que apenas ha recibido una actualización visual. Sobre todo, verás que las versiones con antinieblas, los llevan situados muy arriba y centrados, un poco al estilo Cupra Formentor.
También hallarás nuevos faros, paragolpes y llantas, combinaciones cromáticas para el techo y la carrocería y, con trazos sencillos, pero certeros y contundentes han rejuvenecido al coche. También tiene tres nuevos colores de carrocería: Dark Camuflaje, Azul Asfalto y Azul Zafiro y el techo se puede elegir en otros tres (Negro Midnight, Magnetic Tech y el nuevo Blanco Candy).
De todos modos, mejor, vamos a ver el interior. Aquí, y junto con la seguridad preventiva que veremos después, sí que el Arona ha entrado en la nueva década, además de por el nuevo salpicadero, por la posibilidad de montar cuadro de relojes digital (de 10,25”). Vale que no está disponible para todos y que es opcional para el de 110 CV, pero esta versión de 150 CV lo equipa. El salpicadero es completamente nuevo y el cambio con el anterior es notable.
La pantalla multimedia, situada en la parte superior, es de 8,25 pulgadas en las versiones básicas, pero crece a 9,2 pulgadas en los más equipados.
Mantiene la aplicación “Seat Connect” por la que puedes “vacilar a tus amigos” haciendo sonar el claxon (en serio: te ayudará en caso de emergencia o si necesitas llamar la atención), abrir y cerrar el coche (adiós a volver al coche a comprobarlo), también sabrás donde lo has dejado aparcado o podrás marcar límites de velocidad (por si lo prestas… algo que ya pensaron en GM allá por los 80 con el Corvette).
Multimedia: ¡“Hola, Hola”!
Volviendo al 2022, el sistema multimedia tiene conexión a Internet por lo que puedes saber el tráfico en tiempo real y tiene reconocimiento de voz. Este elemento funciona al decir “hola, hola” y no queremos “ser malos”, pero mejor lee las instrucciones antes de intentar hacer algo con él. Importante: conexión inalámbrica Apple Car Play y Android Auto y, ojo, dos puertos USB de tipo C (te tocará cambiar, al menos, de cargador).
La gama de motores gira en torno a 3 versiones de gasolina (95, 110 y 150) y una TGI (alimentada por GLP y 90 CV). Nosotros nos hemos tomado la libertad de elegir el tope de gama: ecoTSI de 1,5 litros, 150 CV con cambio automático DSG. Lo de “eco” está refrendado por el sistema de desconexión de cilindros.
Llegamos a la conducción y, lo primero, mencionar el Travel Assist que hemos adelantado antes. Llega como novedad al Arona y lo hace combinando dos tecnologías conocidas en el modelo: el control de crucero activo y la alerta por cambio de carril. Así, es capaz de mantenerte en el carril y la velocidad y distancia con el coche precedente.
Pero no te fíes del mantenimiento en el carril: es una ayuda en caso de emergencia, no un sustituto de nuestra atención.
Además, han mejorado el asistente de ángulo muerto, por el que identifica vehículos en tal punto del retrovisor. Ahora lo hace a 70 metros y a partir de 15 km/h.
Este coche tiene motor de 4 cilindros, pero en situaciones de baja demanda de potencia, por ejemplo, llaneando, puede desconectar 2 cilindros y reducir los consumos. Si sucede, sale un chivato en el cuadro de relojes.
No te vamos a asegurar la cantidad, pero puede rondar un ahorro de medio litro cada 100 kilómetros.
El coche pisa la carretera con aplomo. Te gustará como va, básicamente, porque va muy bien.
Tiene gran estabilidad y parece un coche de mayor tamaño. Puede que no sea tan ágil como el Ford EcoSport y puede que Hyundai y Kia lo hayan hecho bien… Pero Seat no se amilana entre curvas y viajes con el Arona.
Y menos con esta versión de 150 CV… que hasta corre.