Abadía de San Quirce, todo un descubrimiento en vinos
En Bodegas Imperiales Abadía San Quirce elaboran sus excepcionales vinos con uvas de antiguos viñedos de una calidad extraordinaria. Imprescindible probarlos.
Bodegas Imperiales, la bodega propietaria de Abadía de San Quirce, se fundó en el año 1998 por un grupo de viticultores y empresarios vinculados a la Ribera del Duero. Ese mismo año, tras un ingente trabajo de investigación, se inicia la construcción de la bodega, en una de las zonas de Ribera del Duero con mayor tradición vitivinícola poseedora de viñedos muy viejos, apostando siempre por la calidad de los vinos. En el año 2001 empiezan a comercializarse los vinos de la marca Abadía San Quirce.
52 hectáreas de viñedo propio, localizadas en los términos de Gumiel de Izán y La Aguilera, en Burgos, con una edad media de viñedo de 40-50 años (con viñas centenarias en algunas parcelas), componen la excelente materia prima con la que Bodegas Imperiales elabora los vinos Abadía de San Quirce.
De sus parcelas más antiguas, plantadas en los albores del pasado siglo, obtienen su mítico vino Finca Helena, único en el mundo, cuya añada 2014 ha sido galardonado este año con el Gran Bacchus de Oro.
Este galardón otorgado en el XVII Concurso Internacional de Vinos celebrado en Madrid, organizado por la Unión Española de Catadores y avalado por VinoFed y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, se suma a los muchos reconocimientos obtenidos para Abadía de San Quirce Finca Helena por parte de profesionales y crítica especializada.
Elaborado con la variedad tempranillo, Finca Helena se fermenta en barricas de roble francés de 500 litros con una crianza durante 15 meses en barricas nuevas y el resto en botella.
El resultado es un vino de color cereza intenso con ribete violáceo, fresco y con carácter; lleno de matices aromáticos bien engarzados (frutos negros maduros, notas balsámicas, especiadas y de maderas finas), en un conjunto refinado. Equilibrado, con cuerpo y nervio, en boca es elegante, estructurado y con taninos amables bien domados por la crianza y un largo y persistente final.
Además de Finca Helena, Abadía de San Quirce cuenta con verdaderas joyas de la enología. Sus vinos Abadía de San Quirce Crianza, Reserva y Gran Reserva poseen un gran reconocimiento dentro y fuera de nuestras fronteras.
M9 es quizá otro de los caldos más famosos de Abadía de San Quirce. Elaborado exclusivamente con uvas de viñedos situados en el término de Gumiel de Izán, plantados hace 60 años a 920 m. de altitud (de ahí su nombre, M9).
Estos viñedos con una escasa producción de uva se encuentran prácticamente en el límite de adaptación del viñedo a estas tierras, producen unas uvas muy especiales. M9 es un vino de color rojo picota intenso, de capa alta. En nariz es muy equilibrado con notas de fruta, balsámicas y especiadas.
En boca tenemos un vino fresco, sedoso, fino, elegante y con gran persistencia. Recordando a los grandes vinos atlánticos.
El 60% de los vinos de Bodegas Imperiales se comercializan en el mercado español y, el resto, en diferentes mercados internacionales.