El modelo de ganancia salarial moderada que se ha establecido en España está contribuyendo a recuperar la figura del coche de incentivo dentro de las políticas de recursos humanos, en un intento de las empresas por compensar la pérdida de poder adquisitivo de sus empleados. Para el 51% de las compañías lo contempla como elemento de retribución flexible, según revela el Observatorio del Vehículo de Empresa (CVO) promovido por Arval, expertos en movilidad.
El estudio se ha realizado entre cerca de 3.000 gestores de flotas de pymes y grandes corporaciones de doce países para determinar las tendencias actuales y futuras del vehículo corporativo y destaca cómo las empresas españolas siguen la estela de las europeas y buscan rebajar el impacto que tuvo en los bolsillos de los trabajadores el incremento de la inflación con el coche de incentivo.
Para el director del CVO, Manuel Orejas, “el coche se ha convertido en una herramienta de la empresa para recuperar competitividad y cubrir la diferencia salarial. Sin embargo, se busca la practicidad. La crisis primero -que hizo que no estuviera bien visto en época de recortes el uso de vehículos de alta gama- y las políticas de responsabilidad social corporativa después, han conseguido que la tendencia a rebajar la categorización de los vehículos haya llegado para quedarse”.